Perfil de los consumidores argentinos de vinos
El Observatorio Vitivinícola Argentino, viene desarrollando una serie de investigaciones sobre el mercado vitiviniciola y mas específicamente sobre los consumidores de vinos.
A partir del análisis de las ocasiones, tipos y lugares de
compra, estilos de vida y hábitos el estudio del Fondo Vitivinícola propone una
tipología de cuatro perfiles de consumidor de vino:
EXPERTOS: Les
gusta recomendar y llevar vinos a las reuniones sociales. Por lo general son
hombres (más en el interior) de los niveles más altos. En AMBA, a mayor edad se
consideran más expertos; en el interior, sucede lo contrario. Entre los
expertos, la penetración de vinos económicos en tetra brik disminuye y aumentan
los de alta gama.
A su
vez, existen dos subcategorías de expertos, los conservadores:
que circunscriben su expertisse a un set de bodegas y marcas. No gustan de
experimentar nuevas marcas ni de flexibilizar el ritual entorno al vino, lo
cual lleva a reducir los momentos para beber esta bebida. En este segmento
crece la penetración de vinos económicos en botella, así como también los de
alta gama. Es probable que reserven los primeros para un consumo hogareño y los
segundos se lleven a reuniones o para agasajar visitas. Por lo tanto, se podría
pensar que el experto
conservador tiene una postura de ritual y estructurada
frente a los demás, pero se “relaja” puertas para adentro.
En la
segunda subcategoría están los expertos
exploradores: que son inquietos e infieles a las marcas. Suelen
buscar opciones exóticas, etiquetas de poca producción, varietales poco
conocidos, blends, etc. En general, consumen mayor cantidad de bebidas
alcohólicas que el resto de los segmentos, en especial cervezas. Encontramos
una mayor proporción del segmento “inquietos”:
exploran y buscan novedades en su vida diaria y también llevan este estilo de
vida en su elección del vino. Son aquellos que más variedad de vinos de
distintos rangos de precio consumen, ya que son conocedores de la categoría y
se permiten explorar.
PRAGMÁTICOS:
Detentan un saber más acotado, saben lo suficiente como para elegir el vino que
van a tomar a la noche o aquel que llevarán a la casa de un amigo. El vino no
representa una experiencia en sí misma sino que es el gran articulador de un
momento de placer cotidiano o una juntada con amigos. Buscan vinos que puedan
satisfacer la ecuación precio-calidad y entienden que no por buen vino tiene
que ser caro. Entre los pragmáticos, crece la penetración de vinos económicos
en tetra brik y botella y
son aquellos que declaran en mayor proporción que comprarían un vino envasado
en tetra brik. En este segmento encontramos más hombres. El pragmático es una
persona “indiferente a las nuevas tendencias”, es decir que no sigue las modas,
sino que realiza las elecciones según su conveniencia, practicidad y gusto.
INSEGUROS: Lo
que los distingue es una experiencia de compra que los intimida y confunde.
Valoran mucho las recomendaciones que puedan “reducir complejidad”. Son
aquellos que varían menos entre rangos de vinos, seguramente porque la
dificultad que se les presenta al elegirlos los lleve a quedarse en lo seguro;
es decir, bodegas y marcas que ya han probado o les han recomendado.En este segmento
encontramos algo más de hombres y, en AMBA, crecen entre los consumidores
mayores de 50 años. Entre los inseguros podemos encontrar una mayor proporción
de personas que llevan una vida “activa y saludable”; es probable que estas
personas, si bien beban vinos, opten por otras bebidas en determinadas
ocasiones.
OCASIONALES: Si
bien les gusta el vino, no es una bebida que eligen para todos los días ni para
consumo regular. Suelen consumirlo como una forma de compartir un momento con
otros. Compran principalmente vinos de gama intermedia. Es probable que se
inclinen por estos productos ya que al igual que los inseguros “van a una
compra segura”, en la cual se reduzca el riesgo a equivocarse: a los vinos
económicos se les demanda mayor calidad, pero no así a los de mayor precio. En
cuanto al color del vino, la penetración de blancos aumenta en este segmento.
Entre los ocasionales encontramos una mayor cantidad de mujeres y, en AMBA, más
del 50% son jóvenes menores de 26 años.
De la parte cuantitativa del estudio se desprende la incidencia
de cada segmento dentro de la población argentina:
Volviendo nuestro foco hacia los consumidores habituales de vino en
general, se destaca un mayor consumo de los vinos de
gama intermedia, a diferencia del 2004 cuando la mayor penetración
estaba dada por los de rango de precio más económico. Es probable que el mayor
desarrollo de la industria en propuesta de valor intermedio haya ampliado los
márgenes de lo que llamamos “vino de mesa”. Se ha evolucionado hacia una oferta
más variada y de calidad que habilita a que los consumidores se sientan más
confiados a explorar marcas y buscar nuevos sabores de su agrado.
Un poco más de 6 de cada 10 entrevistados mencionaron que cambian de marca. En AMBA, aquellos de un nivel
socio-económico más bajos son más fieles a las marcas y los de nivel más alto
exploran y cambian un poco más. La fidelidad a la marca es significativamente
mayor en los vinos de menor precio, principalmente en envase tetra brik. Esta
cuestión de fidelidad se reduce más a un tema económico que a la falta de
interés en conocer otros sabores. Aunque también esta fidelidad crece al 50%
entre aquellos del segmento “indiferentes”, quienes en general son poco ávidos
a explorar.
Si hablamos de envases, los
datos obtenidos confirman un retraimiento del consumo de vino en envase en
tetra brik. El imaginario creado en torno al envase tetra brik lo ha llenado de
valores negativos. Sin embargo, entre quienes lo consumen, este vino comparte
simbolismos de unión, herencia familiar, argentinidad, relax, compañía. Si bien
se distancia de los atributos de sofisticación (ritual/expertisse) y en muchos
casos no se llevaría a reuniones, se legitima su consumo para la mesa diaria.
En general, este tipo de envase es asociado a 2 segmentos: los jóvenes y
los consumidores de niveles socio-económicos más bajos:
Los jóvenes: Forma parte del ciclo de vida en el
cual “la calidad” pierde la pelea frente al “rendimiento”. Es por ello que en
esta etapa aparece el consumo de vino en cartón, incluso entre los niveles
socioeconómicos más acomodados.
Los consumidores de niveles más bajos (C3D): para
este segmento es el vino de mesa de todos los días. Establecen alrededor de
este consumo una serie de códigos distintos en relación al vino, suelen guardar
el vino en la heladera, consumirlo con hielo, soda o gaseosas, en general en
vasos. Es, en ese sentido, un consumo desritualizado, sencillo y más
espontáneo. Para ellos este consumo es también tradicional, siendo una
costumbre que sigue entre generaciones.
¿Cómo se consume el vino?
De los estudios tanto cuantitativos como cualitativos surgió que el 53%
de los consumidores de vino lo diluyen con otras bebidas.
Este comportamiento varía según la región y el nivel socioeconómico, pero las
variaciones no son tan significativas.
Algunas conclusiones
§ Se observa un claro
distanciamiento entre el discurso en torno al vino y la práctica, el momento
real del consumo. En el imaginario, la concepción se llena de contenidos de
sofisticación, en detrimento del “vino que le gusta a cada uno”. Sin embargo,
en el momento de consumo notamos que los consumidores se adaptan a sus gustos y
“bolsillos”. Este mito de reglas y rituales que rodean a la categoría puede
estar expulsando a segmentos de potenciales consumidores como así ir alejando a
aquellos consumidores “ocasionales” e “inseguros”.
§ Las ocasiones de
consumo de la cerveza son más variadas; por el contario, el vino pareciera
relegarse a la mesa (con comida) y a ocasiones especiales. Lo que se ha perdido
hoy en día en manos de la cerveza son más que nada “ocasiones”. Por lo tanto,
uno de los desafíos a futuro es ampliar las ocasiones de consumo,
transformándolo en algo cotidiano y cercano. Es necesario para ello seguir
trabajando en flexibilizar la forma de consumirlo; es decir, desestimar la idea
de la necesidad de crear un ritual escénico alrededor de su consumo o asociar
el vino a platos especiales o a ciertos maridajes.
Fuente: http://observatoriova.com/2016/11/diagnostico-integral-del-perfil-de-los-consumidores-argentinos-de-vinos/
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